Sus
nombres son James y David, ambos de nacionalidad norteamericana. James es
un chico pelirrojo y con pecas, más bien grueso y extremadamente sociable.
Tiene un buen sentido del humor y se nota que le gusta conocer a gente. Se
desenvuelve bien y suele llevar la iniciativa. Es un tipo voluntarioso que lleva
varios años estudiando árabe y tiene un buen nivel. Antes de venir aquí estuvo
en Túnez con otro programa. Su lugar de origen es Wisconsin, pero como la mayoría
de la gente no sabe localizarlo en el mapa, suele decir que es de Chicago, más
asequible para aquellos que no conocen bien la geografía estadounidense. Desde
el principio se ha empeñado en mostrarnos sus cualidades culinarias y suele sorprendernos
con algún plato en el que nunca faltan el pollo o el arroz. Esto se debe más a
la poca variedad de los productos alimenticios que a su falta de imaginación,
rica a la hora buscar sabrosas combinaciones.
David es moreno, alto y delgado aunque
fibroso por su pasado como nadador en su universidad. Aunque un poco más tímido
que James, también tiene un buen sentido del humor y ya le conocemos por su
predisposición a animar la noche y las fiestas. Viene de Nueva York y a juzgar por su ropa y estilo de vida, es de una familia acomodada. Es un tipo apuesto que triunfa con el sexo opuesto.
Desde el primer momento hemos
establecido una buena relación y el buen ambiente predomina en el piso. A pesar
de la diferencia de edad entre los tres, tenemos intereses parecidos y hemos
logrado una buena sintonía. Si podemos, comemos juntos y solemos hacer planes en
grupo, aunque eso no impide que cada uno goce de su intimidad si así lo desea o
busque otras compañías.
Nuestras ideas son muy diferentes y me
sorprende escucharles críticas tan duras sobre su país. En nuestras
conversaciones hemos hablado de temas de actualidad y temas relacionados con la
cultura y la política americana: el bipartidismo, diferencias entre demócratas
y republicanos, lobbies, Israel, la relación de la sociedad americana con la
naturaleza, el estilo de vida estadounidense…
De los dos, David es el más radical. Sus
puntos de vista son interesantes porque es un tipo que ha viajado y ha leído
bastante. De hecho, me ha confesado que ha estado en los territorios palestinos
y que en más de una ocasión ha participado en manifestaciones contra Israel
estando allí. A mi modo de ver, aunque valiente (o inconsciente por lo que se
juega) y consecuente con sus ideas, es una persona llena de ese idealismo propio
de los recién graduados de la universidad que se sienten capaces y preparados
para transformar el mundo. En una de nuestras conversaciones en torno a una shisha, pronunció esas mismas palabras. Loables, pero sumamente inocentes. Un hombre sabio dijo una vez que la
mejor manera de transformar el mundo es hacer bien nuestro trabajo. Sea éste el
que sea.